APLICACIÓN DE TOXINA BOTULÍNICA
La Toxina Botulínica Tipo A se ha convertido en el procedimiento no-quirúrgico más popular en la Cirugía Plástica, ya que ayuda a eliminar las líneas de expresión del entrecejo, patas de gallo, frente, las líneas de vejez en los ángulos de los labios y también puede modelar la posición de las cejas.
La toxina actúa relajando temporalmente el músculo en el que se aplica, bloqueando los impulsos nerviosos, atenuando las arrugas de expresión, aquellas que se forman con el movimiento del rostro. Cada vez que nos expresamos, reímos o lloramos, los músculos de la cara se contraen y, con el paso del tiempo, la actividad de estos músculos produce arrugas, por lo que la toxina logra la disminución de la contracción muscular y, en consecuencia, se eliminan temporalmente las arrugas faciales y líneas de expresión. La toxina consigue una expresión serena y relajada, con efectos frescos y naturales en la piel.
La Toxina Botulínica ofrece ventajas claras:
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Se obtiene una piel de apariencia rejuvenecida.
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Su aplicación es rápida y sus efectos inmediatos.
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No requiere convalecencia ni hospitalización.
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No deja cicatrices.
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Es una técnica segura, no es invasiva y es reversible.
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Su uso periódico previene los signos del envejecimiento.
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Dulcifica la mirada.
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No deforma, al no dar volumen.
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Se puede aplicar en cualquier época del año.
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Mejora las migrañas.
No solo es utilizada con fines cosméticos, también se emplea para tratar problemas de salud, entre ellos la sudoración severa en manos o axilas, y el blefarospasmo (parpadeo incontrolable), entre otros.
Resultados